Acudí a Ainoa estando más o menos bien, aunque angustiada con un par de temas personales que me quitaban el sueño.
Llevaba tiempo pensando que me vendría bien pedir ayuda, pero me iba convenciendo a mi misma de que no estaba tan mal, que igual sólo tenía que tener paciencia…
Además, como vivo fuera de España, encontrar un buen profesional que hable español aquí en Austria era muy difícil.
El caso es que iba dejando el tiempo pasar, pero mi estrés y mis relaciones cada vez estaban peor.
Un día me contó una amiga mía que había hecho el Sistema Aihop con ella. La vi tan cambiada y en paz, que me impactó. Y como me habló maravillas de Ainoa y sentía que lo necesitaba, me animé a contactarla.
Al empezar…
Al principio iba yo bastante escéptica, la verdad… porque soy algo desconfiada y no sabía en qué consistía esto exactamente… Pero enseguida me di cuenta de que había hecho bien porque, Ainoa me transmitió muchísima seguridad y confianza desde el primer momento que hablamos.
Después de contarle en la primera sesión como me sentía (que ya fue un desahogo, porque me dejó soltarle todo el rollo… y sólo con sacarlo ya me sentí mejor). Ella me explicó los servicios que ofrece, resolvió todas mis dudas y me asesoró.
Me gustó sentir que quería lo mejor para mí y que me diera la libertad de pensarme tranquilamente todo, porque uno de mis miedos era sentirme presionada u obligada a algo si veía qué no estaba cómoda con ella, que lo que me ofrecía no era lo que necesitaba, o no sé, por si me presionaba a coger muchas sesiones o algo… Pero me sorprendió un montón su actitud, lo flexible y respetuosa que fue.
Así que fue otra de las cosas que me dio confianza y me hizo animarme a empezar.
Durante el proceso…
A lo largo de las sesiones de el Sistema Aihop me fui sintiendo cada vez más tranquila con mi problema, más confiada y más fuerte.
Ainoa tiene un don para conseguir que veas las cosas de forma sencilla y clara, casi esquemática.
Porque no sé si le pasará a todo el mundo… ¡pero a mí con mis cosas se me hace un mundo y dramatizo mucho! Siempre me han dicho que me ahogo en un vaso de agua, y eso me da mucha rabia, porque es verdad que pierdo la perspectiva y me quedo sólo con mi versión de los hechos.
Pero en cada sesión con Ainoa, conseguía verlo todo de una forma más neutra, que no me hiciera tanto daño.
Además me ha hecho sentir muy acompañada y comprendida, porque esto de vivir lejos de casa expatriada, a veces se me hace muy duro. Así que sentirla “cerca” y disponible, me ha gustado mucho.
¡Aluciné con el análisis grafológico! Jamás me hubiera imaginado que me pudieran describir con tanto detalle simplemente escribiendo y dibujando. Fue un buen comienzo para sentar las bases de lo que trabajaríamos después, y para conocerme mejor. Porque estaba tan desconectada de mi, que realmente necesitaba saber quién soy y por qué me comporto como lo hago.
Luego ya nos fuimos metiendo en harina.
En cada sesión nos íbamos enfocando en lo que necesitaba, con teoría y ejercicios muy profundos. Nos veíamos por skype y Ainoa me compartía pantalla, para que viera a la vez que ella el PDF que había preparado para mi. Me lo explicaba todo, e íbamos trabajando en base a ello, mezclando varias técnicas y dinámicas.
Las sesiones se me pasaban volando, ¡siempre me quedaba con ganas de más!
Al terminar, me enviaba el PDF con la teoría y la explicación de los ejercicios (que tendría que hacer para la siguiente sesión).
Y entre medias de nuestras sesiones me solía pasar algunos vídeos y artículos que me pudieran ayudar.
Además siempre estuvo ahí cuando la necesité (tuve un par de momentos de crisis y me dio consejos y preguntas para que yo misma resolviera el asunto). ¡Fue un verdadero alivio, siempre la estaré agradecida!
El resultado…
Me ha ayudado a pensar con más claridad, ser más justa con la gente, comprenderles, empatizar con ellos y darme cuenta también de lo que yo hago mal.
También he aprendido a ser menos indecisa, elegir mejor las soluciones a mis problemas. A comunicarme mejor con mis seres queridos, a no reaccionar bruscamente cuando me enfado. A comprender por qué salto y a lidiar mejor con mi alta sensibilidad.
Y sobre todo a estar muchísimo más en paz.
Ahora sé quién soy y cómo mantenerme conectada conmigo, protegerme y valorarme.
¡Incluso he vuelto a dormir por las noches! Que últimamente con tanto estrés no lograba pegar ojo.
Y ahora mismo puedo decir que me siento genial.
Pero si en el futuro no es así, volveré a contar con Ainoa sin pensármelo dos veces.
De hecho, ya le he enviado a otras dos amigas, y la voy recomendando a todo el mundo a quien creo que le pueda ayudar.