En esta sociedad en la que vivimos, la mayoría de nosotros sentimos la necesidad de protegernos. Cuidamos lo que decimos y cómo actuamos. Queremos dar una buena imagen exterior, y para ello tratamos de controlar conscientemente lo que ven los demás.

Tanto, que a menudo nos desconectamos incluso de nosotros mismos. Y llega un punto en el que ni sabemos qué sentimos realmente.

Estamos tan pendientes de lo que opinan los otros, que nos olvidamos de conocernos bien internamente.

Pero hay formas de descubrir el subconsciente y lo que comunica hacia el exterior sin que nos demos cuenta.

Por ejemplo, mediante la lectura de la Comunicación No Verbal, puedes descubrir si en verdad una persona está nerviosa, confundida, enfadada o triste (aunque trate de hacerte pensar lo contrario con sus palabras). Incluso podrás descubrir si le gustas o no.

Lo mismo pasa con la Interpretación de los Dibujos y el Análisis Grafológico (de la letra y la firma) de alguien. Estudiando lo que proyecta su mano a través del bolígrafo, puedes acceder mucho más allá de lo evidente. 

Y no sólo a la hora de conocer a los demás.

Sino sobre todo a ti mismo. Que en el fondo eres la persona más importante a la que debes conocer, para poder ser feliz cada día de tu vida.

Prepárate

Prózimamente iré compartiendo más información, para que puedas descubrirte a través de tu letra. Así que te animo a que escribas hoy un texto, y lo vayas analizando poco a poco con la ayuda de mis futuros artículos. ¡Aunque si quieres un análisis completo y profesional, mejor contacta conmigo! 🙂

Redacta una carta espontánea (sin copiar ni ser dictada) en un folio blanco (sin cuadrículas, líneas ni taladros). Busca una hoja que sea tipo copistería. De buena calidad, pero sin ser excesivamente gruesa.

Has de escribir entre 10 y 15 líneas, y sólo por una cara del folio.

Utiliza el bolígrafo con el que suelas escribir. Comprueba antes que esté en perfecto estado y con suficiente tinta.

¡No utilices lápiz, portaminas ni rotuladores!

Es importante que el contenido de la carta sea lo más neutro posible, sin emociones que puedan falsear el resultado. Por ejemplo, puedes contar tu rutina matutina: qué desayunas, en qué orden te vistes y te aseas, etc.

También es fundamental que estés lo más cómodo y a gusto posible mientras escribes tu carta. Que haya buena iluminación, una temperatura agradable. Que estés bien apoyado en la mesa, estando recto y tranquilo.

Debes estar bien concentrado y sin distracciones, para hacer el escrito de una sola vez.

Pon debajo de tu folio otros 4 ó 5 folios más. Para que hagan de colchoncillo y marquen bien tu presión al escribir. De otro modo, este parámetro tan importante se vería alterado. Se podrían marcar los surcos de la madera de la mesa, producir roturas en el trazo, etc.

Analiza tu letra

Tu escritura habla del aquí y ahora, de cómo te sientes y quién eres en este momento. Es decir, que la letra va evolucionando con nosotros a lo largo de la vida. Aunque a simple vista te pueda parecer que no ha cambiado tu firma o tu letra, a ojos de un grafólogo experimentado verías que sí.

Por eso, lo ideal sería tener varios escritos de diferentes épocas, para poder compararlos y ver tu progreso personal.

Pero por ahora, centrémonos en esa carta que acabas de terminar.

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¡Sí, quiero!

¡OJO!

Antes de nada, ten en cuenta que para hacer un buen análisis, debemos valorar siempre el conjunto (nunca cada parte por separado). Hemos de sacar hipótesis basadas en la totalidad, ya que la Grafología es muy compleja. Algunos rasgos se matizan o se transforman al ir unidos a otros.

Los grafólogos analizamos TODO del manuscrito. Todo, todo, todo. Tanto lo escrito, como lo no escrito (espacios entre letras, entre palabras, renglones, márgenes, espacios en blanco,…)

Vamos de lo general (la primera impresión que causa el documento, márgenes, orden, si está limpio o sucio, legibilidad, dirección de los renglones,…) hasta lo  más concreto (palabras, letras, micro-gestos, descargas de tinta,…)

Analizamos el Espacio, la Forma y el Movimiento de los textos (y de cada rasgo en particular).

¡Así que te puedes imaginar el trabajo tan exhaustivo y laborioso que es!

Realizar un buen Análisis Grafológico en profundidad, supone dedicar horas (incluso días). Ya que medimos al milímetro cada gesto gráfico (literalmente).

Por ello, te pido que seas muy cauteloso a la hora de estudiar tu letra o la de los demás. Que no te apresures a sacar conclusiones. Y te des cuenta de que (a menos que lo haga un especialista en la materia), tu análisis será limitado y sesgado.

Es como armar un puzzle, necesitas tener primero todas las piezas y entender cómo encajan.

Parte de la magia del estudio no reside sólo el sacar los datos. Sino en interpretar los parámetros y elaborar el perfil psicológico completo. Saber interpretarlo y transmitírselo al cliente.

Por eso, quiero que seas consciente de que, con los datos que veas en los libros o en internet, sólo podrás hacer un análisis grafológico “de andar por casa“. Pero bueno ¡tampoco está nada mal! 😉

No te pierdas el próximo post, continuación de éste.

Espero que te haya gustado y servido el artículo.

¡Te agradezco mucho que lo compartas!

Si deseas tener tu propio análisis grafológico, ahí puedes consultar toda la información necesaria.

Que tengas un feliz día

Ainoa