[Este post es una continuación del artículo que escribí en MLCestudio. Puedes escuchar la primera parte aquí:]
Y continúa escuchando este segundo podcast aquí:
Críticas destructivas:
filtra la información primero
Para evitar que las críticas acaben contigo, es importante que pases un filtro a esa información. Antes de creerte a pies juntillas todo lo que dicen de ti, tómate un momento para hacerte las preguntas que te conté en el otro artículo. Así será más fácil que tomes la parte de información que te puede ser útil y dejes de lado la parte dañina (si la hay).
Una vez hayas hecho esto, estamos listos para pasar a la segunda parte, que es la más interna y transformadora del asunto. Veamos entonces otros diez consejos más a tener en cuenta cuando te regalan una crítica:
7. Proyección
Como dice el refrán “lo que Juan dice de Pedro, habla más de Juan, que de Pedro”.
Es decir, cuando criticamos algo, estamos dando más información sobre nuestra propia forma de ver el mundo (nuestras carencias, miedos, deseos, necesidades, inseguridades, etc.) que de lo que haga o deje de hacer la otra persona.
Cuando juzgamos, estamos proyectando en el otro nuestro propio interior.
Entonces esa crítica habla realmente de sus miedos, inseguridades, anhelos, frustraciones, sentimientos,… de su forma de ver la realidad. Nada más.
¡Así que los haters se delatan solos! Si son capaces de hablar así de despectivamente a otro ser humano, imagina cómo se sentirán por dentro consigo mismos…
Ojo, que aunque eso que ha dicho sea un reflejo de su interior, si te ha removido por dentro, significa que ha rozado una herida tuya, así que te está regalando información de un área que quizás te vendría bien trabajar…
Ejemplo 1: Alguien te llama “puta” (insulto que no te produce ningún malestar) = Problema suyo
Ejemplo 2: Alguien te dice que eres un desastre, que no se puede confiar en ti (y te quedas con un malestar tremendo, pensando en esta conversación durante días) = Problema de los dos. Quizás él es demasiado exigente o tiene expectativas muy altas. Y puede que tú en el fondo sepas que no te organizas del todo bien y que no siempre cumples tus compromisos.
8. Empatiza
Algo que puede traerte muchísima paz, es conectar con la empatía y la comprensión.
En lugar de enfadarte y arremeter contra quien te ha criticado, intenta ponerte en el lugar de la persona. Trata de comprender qué le ha podido llevar a reaccionar así contra ti.
¿Puede que se haya sentido amenazado o inseguro contigo? ¿Puede que envidie algo de ti y eso le haga sentir inferior?
Nunca sabemos las batallas internas que libra cada persona ni las inseguridades que tiene cada uno.
Muchas veces, sin querer ni ser conscientes, herimos a los demás, les tocamos la fibra sensible.
Así que te animo a que hagas el esfuerzo de comprender más y juzgar menos. Incluso aunque creas que no has hecho nada para merecer esa critica o ese trato (que seguramente tengas razón)
Yo personalmente creo que la mayoría de las personas en el fondo son buenas. El problema es que el miedo a sufrir, a veces hace que reaccionemos atacando a los demás como mecanismo de defensa. Pero pocas veces es por el mero placer de hacer daño a los demás.
Sé lo que estás pensando, y tienes toda la razón ¡no es nada fácil comprender y empatizar! Ponerse en el lugar del otro (cuando encima ha sido él quien te ha fastidiado a ti), requiere mucho esfuerzo interno y madurez emocional, ¡pero con práctica se consigue!
9. Concreta
Si puedes, pídele a la persona que te ha criticado que especifique lo máximo posible. No es lo mismo que te digan “eres un desastre”, a que te digan “me molesta que dejes los zapatos tirados en la entrada”.
Cuanto más concreta sea la información, mejor podrás manejarla. Y en su caso, enfocarte en cambiar ese comportamiento.
Además podrás quitarte la etiqueta (“desastre”). Y darte cuenta de que, lo que le ha molestado es el resultado (desorden, zapatos everywhere). Pero que no te está rechazando a ti directamente.
10. Tu crítico interno
¡Eso mismo deberás hacerlo también internamente! No te digas “soy un inútil”, no valgo para nada”. En todo caso dite “hoy estoy patoso, se me han caído dos vasos” o “me cuesta hacer esta tarea”.
Ten muchísimo cuidado con cómo te hablas. Evita colgarte etiquetas. Trata de ser lo más objetivo, descriptivo y justo contigo mismo. ¡Mantén vigilado a tu crítico interno!
Nosotros mismos solemos ser nuestros peores enemigos.
Nos damos tanta caña por dentro, que en cuanto nos hacen una crítica desde fuera, nuestro vaso rebosa totalmente.
11. No personalices
En relación con los dos puntos anteriores, hay algo que te recomiendo siempre. Y es que te separes del resultado de tus acciones y no personalices las críticas.
Trae la situación al aquí y ahora y date cuenta de que los hechos aislado no te definen.
Por ejemplo, puede que tengas tendencia a ser un poco desordenado, ok. Pero no lo eres siempre, o al menos no en todas las áreas. Quizás te permites ser más caótico en casa, pero luego en el trabajo siempre cumples los deadlines y sigues los procesos a pies juntillas. . Lo que significa que tú no ERES el desorden, y que tienes la capacidad de cambiar y evolucionar. ¡Confía en ti y trabájatelo!
12. No bloquees
Trata de no bloquear las críticas. Escucha y acepta la información. Deja hablar a la persona, sin defenderte ni justificar tu comportamiento. Al menos de primeras.
Porque de lo contrario, estarás poniendo una barrera y no dejas que cale la información en ti. Esto en parte está bien, porque te protege de algún modo. Pero por otro lado, te separan de la humildad, del aprendizaje y de la mejora.
Además, puede que te centres más en defenderte (o incluso atacar a la otra persona) que en hacer una lectura madura de ese posible error tuyo. ¡Así que estarás quedándote anclado en el victimismo, y desperdiciando una gran oportunidad de desarrollo personal!
13. Tus emociones
Gestiona tus emociones y tus reacciones.
Cada confrontación es una buena ocasión para crecer y mejorar, por muy incómodo que sea.
Pregúntate “¿qué puedo aprender de esta situación?”. No sólo de la información concreta que te han transmitido, sino también de cómo tú has reaccionado ante ella.
¿Crees que la crítica que te han trasladado es algo verdadero, bueno para ti, y necesario? Entonces te animo a que la interiorices y saques la lección que tiene para ti. ¡Así habrá servido para algo!
14. Tu reacción
¡Vigila tu genio, tu pronto! A veces reaccionamos instintivamente, y eso nos puede traer consecuencias indeseadas.
Tómate un rato, evita la acción-reacción.
Espera un poco (10 minutos, media hora, un día, una semana… ¡lo que necesites hasta controlar tu enfado!). No contestes hasta que estés totalmente tranquilo y seas dueño de tus palabras.
Cuando seas capaz de decir lo que quieres, sin dejarte llevar por tus emociones, ya entonces actúa (si lo consideras necesario).
Ante todo, educación y saber estar (aunque por dentro te acuerdes de toda su familia).
Y te animo a que tu contestación vaya encaminada a poner límites y hacerte respetar, si consideras que la persona te ha insultado o faltado al respeto. Pero no a justificar tu comportamiento ni poner excusas.
15. ¿Vale la pena?
¡Tampoco hace falta hacer algo siempre!
Acepta que hay gilipollas por el mundo, y que no van a dejar de serlo por mucho que tú te esfuerces.
En ocasiones nos metemos en luchas absurdas, que no llevan a ningún lado y sólo sirven para drenar nuestra energía y acabar con nuestra paciencia.
¡Hay veces que lo más inteligente es dejarlo pasar, y no hacer nada al respecto!
Por ejemplo, en el mundo online hay muchos haters y trolls que sólo buscan desestabilizar y dañar a los demás. Y por si fuera poco, encima suelen producir efecto llamada y atraen a otros críticos despiadados. Así que cuidado con cómo reaccionas, porque si te muestras muy ofendido, le estás dando pistas de que te ha dado donde duele. Cuanto menos bombo le des a la persona, más fácil es que su comentario hiriente acabe perdido en las profundidades de Internet, mezclado con el resto de comentarios.
Sin embargo, si te enzarzas en una discusión con esa persona, estarás avivando el fuego. Empezarán a volar los retweets y se enterará todo el mundo de lo que está pasando. ¡Con lo que encima, tendrás que gestionar esa nueva situación y lidiar con las emociones que te produce!
Además, puede que esto afecte a tu imagen personal y repercuta negativamente en cómo te ven los demás (o los clientes, si eres emprendedor o community manager).
“A veces es mejor tener paz que tener la razón”
16. Tu autoestima
Si las críticas te afectan demasiado, dañan tu auto-imagen y confianza; si te paralizan a la hora de hacer las cosas que sabes que son positivas; o si estás siempre hipervigilante y pendiente de las opiniones ajenas, entonces es muy probable que tengas un problema de falta de autoestima y seguridad personal.
¡Así que te animo a que seas valiente, pidas ayuda y te pongas ya en marcha para solucionarlo cuanto antes!
¡Gracias por haber leído mi artículo! Espero que te haya servido para relativizar y hacerte un poco más fuerte.
Un abrazo y que tengas buen día
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