¿Cómo tener las reuniones navideñas en paz?

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¡Ya ha llegado la Navidad!

¿Qué opinas de esta época del año?

¿Cómo te sientes estos días?

 

“Odio la navidad”

No paro de oír cosas como “odio las Navidades, me parece todo muy falso… a la gente le entra el espíritu navideño y es todo una pantomima, luego el resto del año ni se acuerdan de ti, ni de dar limosna a los pobres ni nada de nada… es todo una excusa para incitarnos al consumismo…” 👹

Sé que hay muchas personas que se sienten tristes en esta fecha (y lo exteriorizan con enfado o rechazo). A menudo es porque echan de menos a alguien, porque han perdido a un ser querido, porque sus relaciones familiares no son como les gustaría,…

¡Normal! 

Estos días encendemos la tele y sólo vemos anuncios repletos de gente feliz, sonriendo, cantando alrededor de la mesa. Y si interpretamos que nuestra realidad no es así, ¡nos entra un bajón y una frustración…!

Recuerda que tus pensamientos crean tu realidad. Lo que piensas provoca cómo te sientes.

Siempre es importante escucharse a uno mismo y validar nuestras emociones. Pero quizás este año podrías probar a limpiarte emocionalmente antes de ir a tus reuniones, para tratar de disfrutar más y dejar la “vena Grinch” de lado.

 

El dolor de tener mucha suerte

Ojalá puedas llegar a la conclusión de que tienes mucha suerte de tener gente que te aprecia, que se preocupa por ti y que quiere pasar tiempo a tu lado. Aunque no se comporten como a ti te gustaría. Aunque no sean como ese ideal que tienes en mente. Aunque haya muchas cosas de vuestra relación que se puedan mejorar.

¡Hay miles de personas en este mundo que no son tan afortunadas!

 

⚠️ Ojo, que éste puede ser otro motivo de tristeza, aunque no seamos conscientes de ello. Estos días las desigualdades son más evidentes. 

Por ejemplo, puede que te duela ver cómo tu mesa está hasta arriba de comida, o como os intercambiáis regalos, mientras otros no tienen qué llevarse a la boca o no pueden comprar o recibir ningún detalle…

Quizás te sientas culpable por ser más privilegiado que otros… Y eso significa que eres una persona buena, sensible y empática.

Pero responsabilizarte y sentirte mal por algo que no está en tu mano cambiar sólo te entristece y te quita poder.

El mundo funciona como funciona, es “injusto”. No puedes cambiarlo, no depende de ti, y con tu actitud hater lo único que haces es contaminar a los que tienes a tu alrededor, y ser desagradecido con la Vida.

El azar te ha tratado bien, te ha hecho nacer en estas circunstancias más o menos favorables, te ha puesto en esta época de la Historia, y te ha colmado de comodidades. ¡Disfrútalas!

Y si quieres, sé solidario y trata de compensar el desequilibrio del mundo aportando tu granito de arena. Pero sin culpabilidad ni resentimientos, por favor. ⚠️

 

Consejos para reunirte estas navidades y tener la fiesta en paz

Ya sea con tus familiares, con los compañeros de trabajo o con tus amigos, es probable que estos días “tengas que” juntarte a cenar o comer unas cuantas veces. 

(Y entrecomillo el “tengas que“, porque realmente nadie te obliga a nada. Puedes decidir quedarte en casa o hacer otro plan. En todo caso eres tú quien elige ir a la reunión. Y también decides con QUÉ ACTITUD ir.)

 

Te guste o no, esta es una época bonita, que nos da excusas para juntarnos y conectar.

¿Y si la aprovechas para aparcar por un rato los malos rollos?

¿Y si empiezas a ver con agradecimiento las muestras de cariño de esas personas que te mandan un whatsapp con buenos deseos -aunque llevéis tiempo sin hablar-? Oye, se ha tomado la molestia de pensar en ti y escribirte enviándote buena energía… 

 

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Venga, pues si eliges pasar una velada lo más agradable posible, ahí van unos cuentos consejos para lograrlo:

⭐ Ajusta tus expectativas

  • ¿Qué esperas de esta reunión?
  • ¿Cómo te gustaría que fuera?
  • ¿Qué te estás exigiendo a ti mismo?
  • ¿Y a los demás?
  • ¿Qué temes que salga mal?
  • ¿Qué puede salir bien?

Estas preguntas te pueden ayudar a profundizar para ir con una mejor actitud.

Recuerda que en el fondo estos son días como otros cualquiera, pero con más lucecitas. Sólo es una cena (o comida) y no va a durar eternamente.

Quítate presión, recuerda que no tienes que actuar como los del anuncio de la tele. No tiene que ser todo maravilloso. A veces con que no rueden cabezas y paséis un rato agradable, ya es mucho…

⭐ ¿Cómo te sientes?

Antes de ir a la quedada, date cuenta de tu estado emocional. ¿Cómo te encuentras?
 
Permítete sentir lo que sientes, y trata de comprender de dónde viene.
 
Trata de regular tu energía, filtrar tus emociones y recolocar tus asuntos antes de salir de casa. Responsabilízate de tu parte y prepárate emocionalmente. Mentalízate antes de la reunión, protégete emocional y energéticamente si hace falta.
 
Tienes derecho a sentirte como te sientas (pero eso no significa que puedas explotar o reaccionar contra los demás)
 
Quizás te venga bien hacer ejercicio, bailar, cantar, practicar sexo o hacer otra actividad agradable que te ayude a canalizar tu energía.
 
 

Pon de tu parte

  • ¿Qué vas a hacer para que sea un rato agradable?
  • ¿Como quieres que se sientan los demás contigo a su alrededor?
  • ¿Qué vas a aportar tú a la velada?

Muchas veces nos centramos en el “yo” (qué voy a ganar yendo, como me voy a sentir, de qué me va a servir,…) 

Pero cambiar el foco y poner una mirada más proactiva puede mejorar mucho nuestras relaciones y autoestima.

No somos personas aisladas, y cuando nos juntamos en grupo nos contagiamos los unos a los otros (tanto de buen rollo, como de tensión y emociones desagradables).

Por eso es importante tomar consciencia de nuestro impacto e influencia sobre el entorno, y tratar de que sea lo más positivo y agradable que podamos.

 

 
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⭐ Fuera roces

 
Tratad de solucionar a tiempo los conflictos, fuera de la mesa.
 
Y si no os ha dado tiempo a “lavar los trapos sucios”, al menos mantenedlos al margen estos días, para no fastidiar la cena a todo el mundo.
 
¡No es tan difícil! Sólo son unas horas, un par de ocasiones.
 
Además el darte cuenta de que sois capaces de compartir mesa sin “sacaros los ojos”, tendrá un efecto importante en tu cerebro. Verás que tienes más autocontrol, paciencia y tolerancia de la que creías.
 
¿Que te sientes falso por fingir que todo está bien? Bueno, ¿y qué problema hay, si con ello se apaciguan los ánimos  y conseguís estar más cerca de una solución? ( o al menos evitas un momento incómodo y doloroso para todos)
 
Este punto es especialmente importante si tenéis niños en casa. Recuerda que son como esponjas, se enteran de todo, sufren mucho -aunque no lo parezca- y están continuamente aprendiendo del ejemplo de los adultos. Demuéstrales cómo se puede comunicar uno pacífica y respetuosamente, incluso aunque esté tenso o enfadado.
 
Si alguien tiene un desaire, un gesto feo, o suelta alguna puya, tú respira profundo y trata de hacer como si nada pasara. Imagina que no hubiera sucedido.
 
Es probable que esa persona no esté tan zen como tú y te esté provocando para que salte la chispa… ¡No le des el gusto!
 
Tú has tomado tu decisión de pasarlo bien, y es inamovible. Por ti y por todos a los que quieres. Es un gesto de amor y respeto hacia ellos.
 
Siempre habrá tiempo de ser asertivo, hablar las cosas y solucionar los temas tranquilamente en privado, más adelante cuando acaben las fiestas.
 
Además mejor hacerlo cuando no haya alcohol de por medio, que nos exalta y nos suelta la lengua.
 
 

⭐ Acepta

 
Ninguna familia (empresa ni grupo de amigos) es perfecta. Siempre hay roces y asuntos más o menos complicados.
 
Pero sois personas que os apreciáis y os preocupáis los unos por los otros.
 
Así que, por un día, deja de lado tus expectativas no satisfechas y tus resentimientos. Trata de pasar un rato agradable, aceptando y queriendo a los demás tal y como son (no como tú quieres que sean).
 
Este es un buen objetivo de desarrollo personal: Practicar la aceptación incondicional de todo, tal y como es.
 
Recuérdate que esa estampa no va a durar para siempre. Nadie somos eternos. No sabes cuántas oportunidades más tendrás de poder disfrutar de la compañía de todas estas personas. Así que trata de estar presente y valorar el momento.
 
Si te cuesta mucho soltar el resentimiento, quizás este vídeo te ayude:
 
 

⭐ Empatiza 

 
Si alguien decide no ir a la reunión -aunque os duela- tratad de empatizar, comprender sus motivos y respetar su decisión. Y por supuesto, nada de aprovechar la cena para criticarle y “despellejarle” por la espalda… ¡seamos maduros!
 
Pero la empatía y el respeto también es importante aplicarlo con todos los presentes. Por eso agradecerán que tengas tacto, sensibilidad y que no hagas preguntas o comentarios incómodos:
 
  • Quien ha engordado o tenido un cambio físico.
  • Quien está pasando una mala época laboral o personal.
  • La persona que va sin pareja a la cena.
  • Quien está viviendo un duelo (de cualquier índole).
  • La persona vegana, vegetariana o que por lo que sea decide llevar una alimentación diferente al resto.
  • La pareja que ha tenido un hijo (o no tiene ninguno porque no quieren o no pueden, o no es su momento ahora).
  • ¡En general cualquier persona!

 

Cuidado con no hacer sentir señalados, juzgados o cuestionados a los demás con nuestros comentarios. Mejor hablar con cariño, mirando mas allá de las diferencias y evitando los temas espinosos.

 

⭐ Foco en lo positivo

 
Céntrate en lo bueno, en lo constructivo (tanto de la situación en sí, como en cada conversación que tengas).
 
Siempre hay cosas buenas que valorar y agradecer.
 
Como por ejemplo, a quien/es se haya/n encargado de organizar la reunión, comprar, cocinar, poner la mesa,…
 
Trata de colaborar lo más que puedas y agradecer su esfuerzo y dedicación.
 
¡Gracias a ello vas a poder comer rico, disfrutar de un ambiente agradable y olvidarte por un rato de tus problemas!
 
 

⭐ Reforzad lo que os une

 
En las conversaciones trata de centrarte en lo que compartís, lo que os acerca, en lugar de buscar los temas en los que discrepáis u os hacen sentir enfrentados los unos a los otros.
 
Si te fijas, siempre hay alguna parte del argumento de los demás con el que puedes estar de acuerdo, aunque no comulgues con el resto de su opinión.
 
A veces dar la razón a los demás tiene un efecto mágico y balsámico, ¡destensa cualquier conversación!
 
 

⭐ Evitad temas polémicos

 
Mucho cuidado con temas candentes como la política, la crisis, la migración, el feminismo, el cambio climático, el fútbol la religión,…
 
Todo el mundo tiene su opinión personal acerca de cada área, y discutir acaloradamente rara vez convence a nadie de nada. Además la mesa no es lugar para ello.
 
Ojo, que esto pasa incluso con personas de ideas afines (por ejemplo en política y fútbol.) Las defienden con mucha pasión y efusividad, y al final la conversación se acaba caldeando con esas emociones tan intensas, incomodando y añadiendo tensión al ambiente.
 
¡Hay temas mucho más pacíficos de los que hablar!
 
Pero si aún así salen a la palestra (algo bastante probable), tratad de que las conversaciones no se vuelvan tensas.
 
Escucháos respetuosamente, compartid vuestra opinión de forma tranquila, sin imponer vuestro criterio. La realidad tiene tantos prismas como ojos que la miran.
 
La verdad absoluta no existe, así que no hay que ponerse loco defendiendo lo que se opina.
 
Que una cosa es conversar y compartir puntos de vista, y otra pretender “evangelizar” o lavar cerebros.
 
Si sientes que alguien pretende hacerlo con el tuyo, respira tranquilo y trata de desviar, cortar o suavizar la conversación, sin sentirte ofendido.
 
Recuerda que -por suerte o por desgracia- la situación mundial no está en vuestras manos. Así que por más que gritéis, discutáis o le deis vueltas a los asuntos, no vais a solucionar nada
 
Cada cual seguiréis pensando lo mismo que antes de entrar por la puerta, y como mucho os podréis ir con más tensión y enfado que la que teníais al principio de la velada. Así que no merece la pena…
 
 
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⭐  Conecta

¡Fuera móviles, alejáos de las pantallas! 
 
Esta oportunidad puede ser buena para profundizar y conoceros mejor los unos a los otros.
 
Tratemos de escuchar más, con todos los sentidos. Sin interrumpir, sin juzgar, sin decirles a los demás lo que tienen que hacer. Con actitud curiosa, como si fueras un explorador que va a descubrir un territorio nuevo.
 
⚠️ ¡Ojo, que aquí también puede haber un motivo por el que te sientas incómodo en las cenas de navidad!
 
Quizás te sientas demasiado expuesto y vulnerable porque la gente te va a preguntar qué tal te va.
 
Te ves obligado a hacer un resumen de tu situación actual y piensas que ésta no es muy buena, te avergüenza, o no sabes ni qué contar de ti mismo…
 
Si es así, aun estás a tiempo de hacer balance y prepararte para comenzar una nueva etapa llena de ilusiones. Así tendrás tema de conversación y no sólo no te deprimirás al hablar, sino que hacerlo te ayudará a reafirmarte y comprometerte con tus nuevos objetivos.

 

⭐ Gestiona tus emociones (todo el rato)

Si en algún momento la conversación se pone demasiado tensa o notas que te empiezas a enfadar, trata cuanto antes de controlar tus pensamientos negativos y tu ira.

Una buena técnica es usar el “Tiempo muerto” -sí, como en los partidos de baloncesto-.

Puedes inventarte una excusa y salir un momento a tomar aire fresco y dar un paseo. O vete al baño, respira tranquila y profundamente hasta que te calmes, tratando de hacer respiraciones diafragmáticas, profundas.

Durante estos minutos, mantén tu mente lo más neutra y calmada que puedas, sin darle vueltas a lo que acaba de pasar. Eligiendo dejarlo correr y volver a estar bien.

Si puedes, escribe -en el móvil o en un papel- cómo te sientes, qué te ha molestado, qué ha disparado tu reacción emocional. Será una información de oro para poder trabajarte después.

 

⭐ Evita excesos

Durante la reunión, tened cuidado con el alcohol. En su punto justo es divertido, nos desinhibe, hace que nos sintamos más contentos y puede ayudar a relajar la tensión.

Pero si nos pasamos, hará que estemos más emotivos, incluso a la defensiva o agresivos.

También cuidado con los atracones (especialmente de azúcar), que pueden provocarnos picos glucémicos que nos bajen la energía y el animo.

 

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⭐ Las ausencias

En todas las familias falta algún miembro. Es totalmente normal que en estas fechas estemos tristes y notemos más aún su ausencia. Sobre todo si el fallecimiento o la partida ha sido reciente. 

Si la persona a la que echáis de menos sigue vivo pero está lejos -o no ha podido venir por lo que sea-, es buena idea hacerle una videollamada (o por teléfono activando el altavoz) para que todos podáis saludarle.

Y en el triste caso de que estéis pasando un duelo complicado por esa persona especial que ha muerto, sería bueno que os apoyéis los unos a los otros. Si alguien siente la necesidad, hablad de vuestro ser querido desde la ternura, recordando con alegría vuestras anécdotas juntos, las cosas que hacía, vuestros recuerdos…

Pero cuidado con la energía que se crea y la actitud que mantenéis mientras hacéis esto.

Es fácil que os pongáis tristes y lloréis. Si es así, no pasa nada, expresar las emociones es positivo y necesario -y puede servir para uniros más aún- .

Pero intentad reconducir la conversación hacia la alegría -aunque haya un poso de amargura- y el agradecimiento.

Si es tan difícil decirle adiós a esa persona, es porque os queríais mucho y  vivisteis cosas muy buenas juntos. Eso no te lo quita nadie. Ni la muerte, ni el tiempo.

En caso de que estas fechas te pongan triste por este motivo, te mando un abrazo enorme.

Sé que es difícil, pero te animo a centrarte en el presente, en disfrutar de las personas que aún están aquí, con las que puedes seguir construyendo vivencias.

¡Mucho ánimo y que tengas unas felices y tranquilas fiestas! 🎄

Un abrazo,

Ainoa

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