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Si me sigues en instagram o facebook y lees mis publicaciones diarias o mis newsletters, quizás te has dado cuenta de que estoy un poco obsesionada con el tiempo.
¡Y es que realmente es el recurso más valioso y escaso que tenemos!
No pierdas el tiempo
Cada segundo que pasa, no vuelve nunca más.
Creo que no lo valoramos totalmente, porque es algo intangible. No se puede ver, ni tocar. Nadie te penaliza si lo malgastas.
Sólo empezamos a darnos cuenta de que es escaso, cuando nuestro cuerpo empieza a cambiar, envejecer o deteriorarse. O cuando tenemos algo importante que hacer y se nos acaba el plazo de entrega.
Cuando algo nos recuerda que, queramos o no, el tiempo pasa.
Pero mientras tanto, cuando estás aburrido en el sofá mirando la tele, no te das cuenta de que ese rato también es ultra-valioso y que lo estás desperdiciando.
¡Si por cada segundo que pasa, perdiéramos un billete de nuestra cartera, ya verías si nos poníamos las pilas!
Personalmente, cada vez soy más consciente de la importancia del tiempo y procuro gestionarlo mejor.
Desde hace una temporada, tengo la sensación de que se me escapan las horas entre las manos. Y esto, casualmente (o no) me pasa desde que hago lo que me apasiona.
¡Cuanto más lo descubro, más quiero hacer, y más siento que me falta tiempo para todo!
Esta sensación (que como no se gestione bien, puede llegar a ser un poco abrumadora), me ha llevado a hacer un ejercicio muy revelador.
Creencias limitantes
Últimamente estoy poniendo atención en las creencias limitadoras acerca del tiempo (las que tengo yo, la gente de mi alrededor y la sociedad en general).
Escuchamos y repetimos muy a menudo cosas como “No me da la vida”. “No tengo tiempo”. “No llego a todo”. “Esto tendría que estar hecho ayer”. “Cualquier tiempo pasado fue mejor”. “Se me escapa la vida” y un montón de refranes y frases hechas, que parecen tontería, pero si las analizas en profundidad, tienen un mensaje muy importante (y a veces nada alentador)
¿Qué idea subconsciente se nos queda cada vez que nos decimos estas frases?
(En parte están bien, porque nos re-conectan con la idea de que no vamos a estar aquí para siempre. Que tenemos que aprovechar bien cada minuto de vida.)
Pero, si te paras a pensar, tienen también una connotación bastante negativa. Una energía de escasez. Un sentimiento de insatisfacción y de queja. De victimismo y de no poder hacer nada por cambiarlo.
Como si alguien estuviera adelantándonos las manecillas del reloj y robándonos horas del día despiadadamente.
Pero en verdad tiempo tenemos todos
De hecho, es una de las cosas que nos unifican a todos y cada uno de los seres de este planeta.
Llegas al mundo, y lo único seguro que tienes es tiempo.
No sabes cuánto.
Pero lo tienes AHORA.
Seas rico, seas pobre, seas lo que seas. Lo tienes.
¡Pero lo que decidas hacer con él, eso ya es otra historia, amigo!
Tus prioridades
Y es que, lo realmente importante es cómo gestionas tus PRIORIDADES
Imagina que tienes diez litros de agua para vivir. Puedes elegir regar las hortalizas (que después te alimentarán). Mantener tu cuerpo hidratado y limpio. Compartirla con tus seres queridos…
O tirar ese agua por la alcantarilla, bye bye.
Ese agua era todo lo que tenías. Cada gota contaba. Todas y cada una de ellas eran valiosas. Porque no te van a dar más.
Evidentemente, te recomiendo que gestiones bien tu líquido. Que seas consciente de lo valioso que es, e inviertas sabiamente cada gota.
Pero también que controles cómo está tu garrafa. Mira que no tenga fugas por las que se te vaya escapando el agua sin darte cuenta. Cierra bien el tapón para evitar que se evapore. Y cuidado con los gorrones que te la roban sin piedad…
Tanto esa agua metafórica como tu tiempo vital, son recursos finitos, limitados. Que según cómo los inviertas, te traerán o no una vida plena y satisfactoria.
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Reflexiona…
Piensa en la de actividades absurdas que consumen tus horas sin aportarte nada y que encima consumen tu energía y tu ánimo.
La de “tiempos muertos” que desaprovechas (tiempo de espera antes de entrar al médico, cuando vas de viaje, cuando llegas 10 minutos antes a una cita,…).
Piensa en la de veces que quedas con gente que no te apetece, que no te aportan nada o que incluso te chupan la energía y te llenan de negatividad y pesimismo…
Vampiros de tiempo. Dráculas emocionales.
Pero sobre todo y más importante… date cuenta de lo poco respetuoso que estás siendo contigo mismo cuando haces ésto.
La vida te ha dado el mayor regalo del mundo (sin que hayas hecho nada por merecerlo) y tú lo estás tirando por el retrete.
¿Entonces?
Date cuenta de que lo importante no es tanto el tiempo como tal.
Sino lo que tú haces con él. Cómo lo emplees.
Por eso, te animo a que:
- Analices tus propias creencias con respecto al tiempo y tus recursos.
- Que empieces a hablar(te) mejor.
- Tengas clara tu lista de prioridades.
- Valores tu vida y lo que deseas hacer con ella.
- Que dejes de quejarte y te pongas en marcha.
¡Mucho ánimo y disfruta de tu tiempo!
Un abrazo,
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