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Si has entrado a leer este artículo, puede que sea porque estás preocupado/a.
No sabes qué te pasa, pero llevas un tiempo más cansado de lo habitual, pasas más tiempo en la cama y te cuesta esfuerzo levantarte. Quizás estás apático, desmotivado y no te apetece hacer nada…
El caso es que has empezado a sentirte un vago perezoso.
Pero en el fondo sabes que no es eso. Tú antes no eras así.
Vamos a ver qué puede estar sucediendo.
¿Qué es el burnout?
El “burnout” (también conocido como “síndrome del trabajador quemado” o “síndrome de agotamiento profesional”) es un estado de gran fatiga emocional, mental y física.
Según un estudio que hicieron en Estados Unidos en el año 2010, más del 75% de adultos había experimentado algunos síntomas de burnout (y un 40% síntomas más graves).
Esto en 2010… ¡imagina cómo serán los datos tras la pandemia de covid!
Este síndrome está causado por un exceso de estrés y por la sensación de incapacidad para superarlo.
El problema es que a menudo el burnout no da la cara del modo clásico en el que entendemos la ansiedad… De hecho, se suele confundir con pereza y apatía, por lo que puede resultar difícil detectarlo.
Veámoslo más a fondo:
10 señales de burnout
Te sientes desconectado de todo
Tienes cierta sensación de estar separado de ti mismo, como si no fueras tú y estuvieras en un sueño, o viendo una película. Actúas en piloto automático, sin llegar a sentir realmente lo que te rodea. Sin estar plenamente consciente y presente en el aquí y ahora.
Te sientes vacío y frío, entumecido emocionalmente. Este fenómeno psicológico se llama despersonalización.
Solías estar motivado
Normalmente eras una persona más animosa, que se marcaba objetivos y se esforzaba por conseguirlos. Pero últimamente estás apático y desinteresado.
Lo que supone una de las grandes diferencias con la holgazanería.
La pereza es un rasgo de personalidad estable. Quien es indolente, suele ser vago a menudo y en casi todas las áreas de su vida. Vive tranquilo con ello y no se esfuerza más de la cuenta en mejorar ni conseguir metas.
Sin embargo, el burnout es algo puntual y pasajero.
Solías ser apasionado
Antes disfrutabas las cosas, te ilusionabas, tenías ganas de vivir experiencias.
Sin embargo, ahora te cuesta motivarte, interesarte por lo nuevo o incluso gozar las cosas que normalmente disfrutabas.
Puede que incluso odies o rechaces eso que antes te gustaba tanto (por haberte presionado al límite).
Estás malhumorado e irritable
Notas que tienes problemas para controlar tus emociones (sobre todo si antes esto no era un problema para ti).
Lloras a menudo, sientes más rabia, preocupación, culpa,… lo sientes de manera más intensa y reaccionas más fuerte ante tus emociones.
Sin embargo, las personas perezosas suelen vivir plácidamente. Están relajadas y no les afectan tanto las cosas (porque no tienen esa lucha interna que puedes estar teniendo tú)
Te sientes abrumado o ansioso
Te preocupas mucho. Sobre todo por ti, por cómo estás ahora y si serás capaz de superar esta situación.
Quizás incluso te culpabilices y te hables mal por dentro (sobre todo si no sabías que no es que seas vago ni indolente, sino que estás atravesando un proceso complicado).
Esta sensación de que podrías estar haciéndolo todo mucho mejor y de que estás perdiendo el tiempo (junto con el miedo a ser incapaz de encontrarte mejor), seguramente están afectando a tu autoestima, y te están haciendo sentirte depresivo y/o ansioso.
Te retraes socialmente
Dado que te sientes tan cansado, desmotivado, preocupado y desconectado de tu entorno, no es raro que no te apetezca quedar con nadie.
Te sientes raro, estás incómodo con la gente.
Quizás te dé vergüenza que te vean así. O tengas miedo de que te pregunten cómo estás y te vean vulnerable. E incluso puede que te estés sintiendo poco interesante, ya que no sientes la motivación de antes y tu vida cada vez está más reducida de actividades.
Desatiendes tu cuidado personal
Cada vez te aseas y te cuidas menos. No sientes empatía, compasión ni cuidado hacia ti mismo.
Las cosas que antes hacías sin problema, ahora te cuestan un triunfo. Y quizás no le veas el sentido a lavarte los dientes, peinarte o asearte como antes (sobre todo si apenas sales de casa).
Hay cambios preocupantes en tus patrones de alimentación y descanso
Tus horarios están descabalados, y tu alimentación no es todo lo sana o nutritiva que te convendría.
Puede que estés teniendo problemas para dormir. Que te desveles a medianoche. Que duermas más de la cuenta. Que no duermas a penas, o que te acuestes a deshora.
Todo esto le está haciendo mucho daño a tu cuerpo, que ya bastante está sufriendo con esta lucha interna…
De modo que, como no tienes energía física (ni anímica), pasas gran parte del tiempo sin hacer nada. Te agotas incluso con las tareas más simples.
Así que por favor, empieza a cuidarte desde ya. Es lo primero que tienes que hacer para salir de esto 🙂
Te cuesta concentrarte y tienes mala memoria
Seguramente estés dándole vueltas a todo esto que te está pasando. Tu cerebro trabaja a destajo intentando encontrar una solución. Pero como tu organismo está en horas bajas, tienes mucha niebla mental. Por ello no prestas tanta atención a las cosas como antes. Y tu cerebro, al no codificar adecuadamente esa información, luego no puede recordarlo.
Esto hace que te sientas aún más despersonalizado (lo que vimos en el punto nº1)
Menos logros y más errores
Unido al problema anterior, tenemos este.
Al no estar todo lo presente que podrías estar, sueles cometer más fallos.
Tienes sensación de fracaso, de no estar avanzando ni logrando nada. Te sientes bloqueado y atrapado en un círculo vicioso. Cada vez con menos fuerzas y motivación para salir adelante.
Esto está afectando a tu autoestima y confianza personal, haciendo que dudes de ti mismo y cometas más errores, experimentando más estrés.
CAMBIOS GRADUALES
Todos estos síntomas del burnout se producen de forma gradual. A veces sin que te des cuenta.
Tú no eras así de perezoso.
De hecho…
Tú no ERES perezoso, ni vago.
ESTÁS actuando así porque estás quemado.
Así que por favor, deja de hablarte duramente. O envíale este email a quien te esté haciendo sentir mal por estar menos activo que antes.
Lo primero para salir de una situación complicada es comprender qué nos está pasando.
Próximamente te contaré que el burnout se desarrolla por etapas. Y por qué afecta especialmente a algunos colectivos (como opositores, emprendedores, cuidadores
Si lo aprendemos a detectar en las fases tempranas, será más fácil ponerle remedio (o ayudar a quien lo esté sufriendo).
Gracias por leerme y mucho ánimo.
¡Vas a volver a estar bien!
Por cierto, tanto si lo que tienes es pereza, como si es que estás más quemado que una cerilla, puede que te venga bien una guía para salir del pozo.
Desmenuzar tus objetivos, recomponer tu vida, ir pasito a pasito… e ir haciendo reflexiones y autoanálisis semanales para virar el rumbo si te atascas o te desvías de lo que te habías propuesto.
¿Qué te parece? Todo esto y mucho más es a lo que te ayuda la agenda Creatuvida.
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