El huevo y la comunicación asertiva

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Cuando cascas un huevo, tienes que hacerlo con la intensidad adecuada:

🥚 Si te pasas, lo estallarás en mil trocitos, manchándote tú y poniendo perdida toda la cocina.
🥚 Si lo haces demasiado suave, no consigues nada más que hacer una mini grieta en su superficie.
🥚 Si no le das en el centro, sólo se abrirá un trocito de cáscara y no podrá salir todo el contenido.

También es importante dónde y cuándo cascas el huevo:

🥚 Si lo haces muy alejado del plato o de la sartén que usarás a continuación, chorrearás el huevo por toda la encimera.
🥚 Si lo abres horas antes de cocinarlo, se pudre y puede ser peligroso.
🥚 Y si vas machacando huevos sin intención de comerlos (sólo porque te desestresa), llegará un momento en el que te quedes sin comida.

Tanto si te pasas, como si te quedas corto, tendrás que invertir mucho más esfuerzo en arreglar después el estropicio.

No es fácil pillarle el punto, hay que practicar mucho.

Comunicación asertiva

Lo mismo pasa con la comunicación asertiva de nuestros enfados.

Y es que, cuando algo nos ha molestado, debemos aprender a expresarlo de la manera y con la intensidad adecuadas; a quien corresponda, en el momento clave y con una finalidad constructiva.

(No simplemente cuando tú estés harto, no puedas más y necesites desahogarte).

Y sabiendo que esa conversación va a ser tan delicada como un huevo, así que la abordarás con mucho cuidadito y cariño.

Porque tu intención final es hacer una rica tortilla (llegar a un entendimiento mutuo que os beneficie a ambos), no manchar toda la cocina (no sólo sacar tu enfado salpicando a todos con tus emociones).

Así que -relacionándolo con la metáfora- cuida de:

🍳 No ponerte a gritar o a hacer aspavientos como loco.
🍳 Ni dar tantos rodeos que al final parezca que eres tú quien está pidiendo perdón.
🍳 Profundizar bien en el meollo del asunto, no quedarte en la superficie de lo que te ha molestado.
🍳 No empezar una conversación tensa en medio de la calle, o cuando hay invitados delante (o gente ajena al conflicto).
🍳 Ni sacar trapos sucios de hace mil años…
🍳 No irritarte y estallar todo el rato por todo, sin solucionar realmente el problema de base.

Está claro que la gestión emocional del enfado es algo bastante complicado de lograr… ya lo decía Aristóteles, que saber enfadarse bien es un arte.

Aquí te comparto este ejercicio práctico para ayudarte a gestionar mejor tu ira, paso por paso como un auténtico chef 😉

 

 

Con cariño,

Ainoa

 

PD: ¿Alguna vez has visto a un cocinero profesional cascar un huevo con una mano? Qué precisión, qué sutileza… le da en el lugar y con la fuerza correcta, logrando que se abra casi solo, sin manchar nada… Claro, porque sabe lo que hace. Conoce la técnica y la ha practicado las suficientes veces como para dominarla.