10 señales de que tenéis una relación sana

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¿Tenéis una relación sana?

Construir una relación de pareja sana a veces es todo un reto (sobre todo mantener ese equilibrio a lo largo del tiempo), pero se puede conseguir. Spoiler alert: se trata de que ambos pongáis de vuestra parte por igual. Que estéis en sintonía con lo que buscáis y cómo entendéis la vida. Y que procuréis un equilibrio justo en el que ambos ganéis. Venga, pues sin más dilación, ahí van unas cuantas señales que indican que lo estáis haciendo bien (y si no, al menos ya sabréis dónde enfocaros para lograr una mejor relación):  

1. Os animáis y os apoyáis mutuamente

Hacéis un buen equipo, estáis disponibles el uno para el otro (no sólo para sosteneros en los malos momentos, también para impulsaros y compartir los buenos). Os escucháis con atención, mostráis empatía e interés en los asuntos de vuestra pareja. Os ayudáis a sentiros más fuertes, confiados y con la autoestima en su sitio.  

2. Respetáis la privacidad del otro

Porque hay confianza y respeto mutuo. Os sentís seguros el uno con el otro, nadie hace “cosas raras” que se puedan malinterpretar. Ni tampoco nadie duda compulsivamente del otro. No habláis mal a sus espaldas, ni vais aireando por ahí sus intimidades. Generáis un ambiente de confianza, un espacio sagrado que ambos cuidáis con mimo.  

3. Expresáis bien vuestros enfados

Habláis las cosas con madurez, con respeto y sin manipulaciones. Procuráis no esperar demasiado para evitar que se enquisten los temas. Pero a la vez evitáis la impulsividad, porque sabéis que a veces es mejor templarse un poco y pensar bien lo que se va a decir, para tener la mente clara y no hacer daño con las palabras.  

4. Os divertís y os reís juntos

Estáis a gusto el uno con el otro y hacéis cosas juntos. Buscáis planes que a ambos os gusten y compartís tiempo de calidad. Aunque también pasáis tiempo cada cual haciendo sus cosas, os dejáis un espacio sano.  

5. Habláis de vuestros sentimientos

Tanto de los bonitos, como de los incómodos (respecto a la relación y al resto de áreas de vuestras vidas). Quizás no estéis todo el día teniendo una comunicación súper emocional, pero cuando toca, nadie huye ni se pone a la defensiva.    

6. Estáis dispuestos a negociar

Unas veces cede uno, otras lo hace el otro. Soléis buscar un punto intermedio, tratáis de mantener un equilibrio justo donde ambos ganéis.  

7. Admitís cuando os equivocáis

Y nadie “hace leña del árbol caído”, recibís bien las disculpas, agradecéis ese acto de humildad. Se siente seguro mostrarse vulnerable y pedir perdón. No hay manipulaciones con la culpa, ni luchas de poder a ver quién lleva la razón.  

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8. Trabajáis para resolver los conflictos

Con un enfoque constructivo que fortalece vuestra unión. Detectáis a tiempo cuando las cosas se empiezan a torcer. E incluso os responsabilizáis cada uno de vuestro propio crecimiento personal y vuestras “mierditas” personales, sin esperar que sea el otro el que haga de salvador.  

9. Tenéis vuestros momentos de intimidad

Cuando a ambos os apetece, y como forma de encuentro. El sexo es comunicación, os ayuda a sentiros más cerca y conectados. Es lógico que la pasión fluctúe y no sea tan intensa como lo era al principio, pero ambos cuidáis de no caer en la monotonía. En una relación sana hay consentimiento mutuo. Nada de manipulaciones, culpas u obligaciones.  

10. Ambos queréis seguir estando juntos

Os elegís frente a cualquier otra opción. Y si en algún momento decidís que ya no queréis más, por respeto a vosotros mismos y al otro, dejáis definitivamente la relación (sin idas y venidas dolorosas, que sólo toxifican y alargan el sufrimiento). Si uno ya no quiere más, el otro lo respeta con dignidad y amor propio, sin arrastrarse ni suplicar que vuelva. Y mientras decidís estar juntos, os veis mutuamente, os sentís felices y agradecidos de seguir eligiéndoos cada día. ¿Qué tal, tienes una relación sana y fresca como una lechuga?  

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